En la vorágine del siglo XXI, donde la multitarea y la constante conexión digital nos arrastran a un torbellino de pensamientos y preocupaciones, emerge una práctica ancestral que promete anclarnos al presente: el mindfulness. A menudo traducido como “atención plena”, el mindfulness ha trascendido su origen contemplativo para infiltrarse en la psicología, la medicina y el ámbito del bienestar general, ofreciendo un antídoto poderoso contra el estrés, la ansiedad y la desconexión.
Pero, ¿qué es realmente el mindfulness? ¿De dónde proviene esta práctica que ha capturado la atención de científicos y buscadores de paz interior por igual? Y, lo más importante, ¿cuáles son los beneficios concretos que la ciencia ha demostrado que puede aportar a nuestras vidas?
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