Cuando encontramos que un miembro de la familia está consumiendo drogas (incluido el alcohol), generalmente se entra en pánico y se demoniza a la persona, culpando su uso de sustancia de todos los problemas del entorno. Sin embargo, las causas reales de dichos problemas es el entorno en sí. Es decir, una persona que habita en un entorno amoroso, de cooperación y soporte es muy improbable si no imposible que desarrolle una adicción a nada. Pero una persona que es constantemente criticada, con poco cariño si no nulo, estigmatizada y alienada desarrollará una adicción a las drogas o cualquier otro comportamiento autodestructivo como modo de escape y a la vez es una forma inconsciente suicida. Donde el individuo se siente tan descontento con su vida que empieza a matarse lentamente. Parte del tratamiento convencional para la adicción dice que el adicto “debe tocar fondo” o sea se le pone a sufrir todavía más, y ese fondo puede ser la muerte misma. El adicto no es más que un s...
M.S. Tatiana Fait Shaw